jueves, 29 de mayo de 2014

10 Pinot Noir con estilo

La fiebre por la cepa terminó, enhorabuena, para dejar tiempo para la templanza y el aprendizaje. Desde su irrupción en los valles costeros, hoy se propaga menos, pero con más cabeza, intentando entender sus humores para dar con un estilo más elegante y delicado, con identidad chilena, pero cuidando de no traicionar su esencia.


Puede ser una poesía, pero también un puñado de garabatos inconexos y sin sentido. El Pinot Noir es una de las variedades más demandantes del mundo. Caprichosa, egocéntrica y susceptible. Desde la Borgoña, se ha desparramado por el mundo con suertes dispares, convirtiéndose en un dolor de cabeza para los productores, en una estrella de cine, en un mito, en una categoría que brilla en los documentos de los críticos, pero aún muy poco en el ranking de preferencias de los consumidores.

Después de la fiebre desatada por la cinta “Side ways” en EEUU, el Pinot Noir volvió a su reducto de siempre, alejado de los neones y de la pachanga. Hizo un alto en el camino, respiró hondo y planeó sus próximos pasos. Lo suyo sin duda no son los blockbusters, sino esas cintas intimistas francesas que muchos dicen ver, incluso disfrutar, pero que en realidad apuntan a un segmento muy acotado.

Este minuto de introspección, este suerte de descanso metafísico, ha posibilitado que la cepa regrese a sus raíces, a reencontrarse consigo misma, a mostrar la mejor de sus versiones. No sólo en Chile, sino en gran parte del llamado Nuevo Mundo, el Pinot Noir comienza a dejar atrás las mermeladas y confituras, los chocolates y vainillinas, para expresar una personalidad más elegante y delicada, más fresca y profunda.

Nunca será un fenómeno de masas. Va contra su propia naturaleza. Es demasiado quisquilloso. Muy sensible al exceso de sol, de agua, de estrés, de popularidad. Su vocación va por los bajos rendimientos y rentabilidades. A diferencia de un Syrah e incluso de un Cabernet Sauvignon, es muy difícil hacer un Pinot Noir decente con más 10 toneladas de uva por hectárea. Por eso siempre apunta a un nicho más alto y los comerciales deben hipnotizar a sus importadores para colocar sus vinos en los portafolios.

Si bien el Pinot Noir en Chile se ha consolidado en los valles costeros, principalmente en Casablanca y San Antonio, hoy son muchos los enólogos que buscan climas más continentales, donde no sólo pueda profundizar en su frescura, sino además desarrollar una arquitectura a prueba de temblores. No se trata sólo de buscar las frambuesas, frutillas y guindas ácidas, bienvenidas sean, sino además nuevas capas aromáticas, estructuras y complejidades.

Así se han sumado promisoriamente otros barrios costeros, como Fray Jorge (Limarí), Chilhué (Aconcagua) y Paredones (Colchagua), pero también nos entusiasma de sobremanera el sur profundo. En Perquenco, Traiguén, Ranco y aún en los suelos trumaos de Osorno, nada menos que rozando la Latitud 40, el Pinot Noir proyecta un carácter firme y jugoso, donde se sienten las notas de sus bosques húmedos, donde el málico permanece incólume para sostener la elocuencia de sus frutos.

Hoy el Pinot Noir camina más seguro. Más suelto. Con más estilo.


Aquitania SoldeSol Pinot Noir 2011

El viento sureño es intenso. También las heladas primaverales. Costó que arraigaran las parras, pero valió la pena. De un viñedo plantado en 2004 en Traiguén, proviene este Pinot Noir macizo y de muchas capas aromáticas. Las cerezas y guindas ácidas mandan, pero después nos envuelve un universo de flores, hierbas y especias. Un vino de gran estructura, pero de líneas finas y visionarias.

Valdivieso Single Vineyard Pinot Noir 2012

Cauquenes no es sólo sinónimo de País y Carignan. Es un mundo aparte, donde las realidades pueden cambiar en sólo un par de kilómetros. En su lado más costero, nace este Pinot Noir atípico y de firme carácter. Con notas de frutos negros, como moras y arándanos, especias y un tono terroso que aporta complejidad, su extrovertida personalidad irrumpe con gracia detrás del humo de la madera.

Cono Sur 20 Barrels Pinot Noir 2011

Es una de las estrellas de la Noche del Pinot Noir de Casablanca. Sin lugar a dudas. Proveniente de El Triángulo y un porcentaje menor de Campo Lindo, este vino se pasea por un sendero de frutos dulces y concentrados. Ciruelas y frutillas, envueltas en un halo de humo, cuero y misterio, se van abriendo paso en el paladar, dejando una sensación tan madura como fresca.

Arboleda Pinot Noir 2012

A sólo 12 kilómetros del mar, sobre suelos de pizarra, este novel Pinot Noir de Chilhué (Aconcagua Costa) muestra un auspicioso futuro. Fermentado con levaduras nativas, es un vino de gran expresión y complejidad aromática. Con frutillas, frambuesas, pétalos de rosas, sobre una capa de tierra húmeda y setas, va llenando la boca con mucha armonía y personalidad.

Tabalí Talinay Pinot Noir 2011

En un pequeño valle escondido en el Talinay (Limarí), donde la camanchaca se estaciona sobre sus suelos de tiza, este Pinot Noir costero impresiona no tanto por sus aromas, sino por su tremenda firmeza estructural. Con intensas notas minerales y una acidez que incluso llega a emocionar (aún con un 100% de fermentación maloláctica), el vino es una tesoro para los que buscan vinos con BOCA. Así, con mayúsculas.

House Casa del Vino Despechado 2013

Nadie del equipo enológico del Grupo Belén tomaba en serio estas uvas que circundan el centro de eventos de House Casa del Vino en Casablanca. Hasta ahora. Con un evidente afán reivindicador, este Pinot Noir golpea la mesa. Fermentado en un huevo de cemento, y con una corta crianza en una tinaja de greda, se muestra ligero, jugoso y refrescante. Un vino sin complejos. Simplemente rico.

Ventisquero Herú 2011

En una pequeña loma de Tapihue (Casablanca), nace este Pinot Noir que no se van con chicas. Con un porcentaje fermentado con racimos enteros, profundiza en su carácter frutal, compuesto, principalmente, por frescas frambuesas y frutillas. Es un vino concentrado, firme, si se quiere, pero con la intensidad para levantar su mole de fruta y dejarnos un fresco y grato recuerdo.

Villard Grand Vin Pinot Noir 2011

El clan Villard, esta familia franco-chilena radicada en Casablanca, fue pionera en la producción de Pinot Noir. Actualmente, enfocada sólo en pequeñas producciones, continúa su saga sin traicionar su particular estilo, embotellando un vino goloso, negro y concentrado, pero con la suficiente acidez para mantener nuestro paladar despierto y agradecido.

Leyda Lot 21 Pinot Noir 2012

Es el Pinot Noir más ambicioso de esta viña que lleva el nombre del valle de Leyda. Proveniente de un viñedo de 3 hectáreas con exposición nororiente, de suelos arcillosos y un perfil de limo y piedras, muestra el lado más fresco de la variedad, regalando frutos rojos, dulces y concentrados, pero además mucha chispa y vitalidad. Es un vino que rehúye del sol para encarar el viento.

Montes Outer Limits Pinot Noir 2012

Proveniente de sus viñedos de Zapallar (Catapilco, me gusta más), este Pinot Noir explora nuevos límites para desarrollar una personalidad única y atrevida. Alejándose del exceso de madurez de sus primeras cosechas, cuando las parras aún eran unas imberbes, ya luce mayor firmeza y entretenidas capas aromáticas. Es un vino goloso, pero que crece año a año, mostrándose cada vez más fresco y equilibrado.