martes, 31 de marzo de 2015

Los 33 que marcaron 2014

Vinos de distintos cepajes y valles, pero con algo en común: no pasaron inadvertidos y lograron la hazaña de sacudir nuestro paladar.


No fue mi intención mostrar nuevamente el famoso papelito de los mineros. Por lo demás es una exclusiva atribución presidencial. Tampoco quise aprovecharme del inminente estreno de la cinta “Los 33”. Fue sólo una graciosa jugarreta del destino. Al contar los vinos que marcaron (o me marcaron) durante 2014 esbocé una sonrisa nerviosa, intenté quitar uno, agregar otro, pero, a final de cuentas, decidí mantener este número con recuerdos de hazaña, drama y una pizca, más que una pizca, de reality show.

¿Por qué marcaron los vinos que marcaron? Parece una perogrullada, pero no lo es. En el rectangular universo futbolístico, la respuesta sería de manual: porque la esférica traspuso la línea de meta. Ahí se acaba la discusión. Sin embargo, en el ámbito vitivinícola, la pregunta (sobre todo la respuesta) es más difusa, inquietante y obedece a un sinnúmero de factores técnicos, pero también sicológicos y culturales.

Sin ánimo de explicar lo inexplicable, ni menos de explicarme, tenemos que decir que la confección de este listado ensambla criterios objetivos y subjetivos (vaya uno a saber los porcentajes). Es decir, es una mezcla muy humana. La elección de estos 33 héroes, como ya esbozamos, no obedece a un criterio único, incontrarrestable, sino los méritos de estos vinos (vinazos, en muchos casos) ocupan y atraviesan varias esferas de acción.

La primera de ellas es que los vinos elegidos cumplen con adecuados criterios técnicos. En otras palabras, son vinos bien hechos. Algunos de ellos son bastante funkies (cómo me gusta esa palabra), pero sin defectos que opaquen y desvirtúen su origen o concepto enológico. A quien le gusta los defectos, le recomendamos comprar un kit sensorial y no una botella de vino. Allí encontrará desde el fascinante acetato de tilo (olor a pegamento) hasta el muy pop sulfuro de dimetilo (verduras cocidas).

Otro criterio utilizado en esta selección tiene que ver con la innovación. Es saludable reconocer o premiar vinos que han ido un poco más allá, proponiendo nuevos cepajes o descubriendo prometedores e inexplotados terruños. Pero no se trata sólo de caprichos o aventuras con un alto componente marketero. En este caso estamos hablando de vinos que aportan, que abren insospechadas posibilidades, no sólo para la empresa en cuestión, sino para todo el sector vitivinícola.

Tampoco podemos olvidarnos de los clásicos o aquellos representantes de valles ya consolidados. A través de nuevas propuestas, up-grades de viejos conocidos o simplemente por el impacto enológico y comercial, algunos vinos seleccionados han descollado durante 2014. Un año extraño (del caballo, según el horóscopo chino), pero que supo mutar, quizás reencarnarse: de un cansado percherón, que tiraba a duras penas un carro demasiado pesado, hasta un potro salvaje, que parece galopar más libre, sin miedos ni prejuicios.

Por último, está el rescate de los vinos de aquellos valles fundacionales, que por décadas han sido menospreciados por un sector que ha mantenido (y mantiene) el precio de sus uvas a la altura del unto, profundizando una estrategia economicista y de corto plazo. Estos vinos, en base a cepas consideradas bastardas, como la País, Cinsault o Carignan, se han ganado un espacio por su enorme valor patrimonial, pero además han demostrado atributos cualitativos y diferenciadores. Ya sea de productores de la agricultura campesina o de viñas que han sabido reinterpretar la tradición del secano, estos vinos no huelen a pasado, sino marcan un nuevo camino.

Sin un orden lógico (el vino tiene razones que la razón no entiende), los invitamos emprender este recorrido por los valles chilenos a través de las 33 etiquetas que marcaron 2014. Sin juicios preconcebidos, puntajes ni recetas, pero sobre todo, sin papelitos.

Lomas de Cauquenes Terciopelo 2013

Es una leyenda. Y también una marca registrada. Creada por los enólogos del Centro Experimental de Cauquenes en la segunda mitad del siglo XX, esta mezcla de País y Malbec ensambla lo mejor de ambos mundos. Mientras el País aporta toda su fruta roja y estructura, el Malbec alegra, templa y lima las asperezas. El INIA cedió temporalmente la marca Terciopelo a la cooperativa para reactualizar el mito. Y el resultado es un vino floral y jugoso, con mucho carácter e historia.

De Martino Vigno Carignan 2012

Fue una sorpresa que este vino haya encabezado el ranking de The Wine Advocate durante 2014, pero la verdad… ¡Nunca tanto! Este reconocimiento es el broche de oro para una saga llamada Vigno – Vignadores de Carignan, esta agrupación de productores que nació para poner en valor la despreciada cepa Carignan y la cultura del secano maulino. Proveniente de Truquilemu, uno de los rincones más frescos de Sauzal, este vino es pura fuerza, intensidad y carácter.

Tabalí Roca Madre Malbec 2014

Cuando se habla del valle del Limarí, solemos referirnos a la camanchaca, a las terrazas con carbonato de calcio y a la elegancia de sus Chardonnay. Incluso muchos cometen la imprudencia de compararlo con Chablis. Sin embargo, poco y nada se sabía de su zona precordillerana. Proveniente de Río Hurtado, a 2 mil metros de altura, este floral y refrescante Malbec pone en el mapa una zona de enorme potencial para vinos tintos.

J. A. Jofré Vinos Fríos del Año Garnacha 2014

Después de su alejamiento de Viña Maquis, el enólogo Juan Alejandro Jofré no perdió tiempo. En un abrir y cerrar de ojos, creó un concepto enológico, lo envolvió con gusto y coherencia, y debutó con dos vinos del año, simples, jugosos y frescos, que hoy representan una creciente categoría. Proveniente con mucho orgullo de Curicó, como afirma el enólogo, este rosado conquista con sus tonos florales, cítricos e impresionante acidez. Es un rosado que se las trae.

Santa Rita Casa Real Reserva Especial 2011

Es un clásico. Una leyenda que cumplió 25 años. Un vino que desde su primera cosecha nace de las mismas viejas parras de Alto Jahuel. Que nunca ha dejado de ser Cabernet Sauvignon. Que desde su primera versión cuenta con la mano jovial y elegante de la enóloga Cecilia Torres. Esta versión no es sólo conmemorativa, sino es una de las más logradas. Hija de un año fresco como 2011, este ícono de Santa Rita muestra todo el sedoso poderío de su fruta roja, pero muy bien apoyada por una acidez que le permite perdurar por al menos otros 25 años.

Concha y Toro Terrunyo Lot 1 Carmenère 2013

A partir de esta cosecha, Terrunyo Carmenère experimenta un cambio de estilo y reduce a sólo seis meses su paso por barricas. Quizás para alejarse de su hermano mayor Carmín de Peumo. Tal vez para refrescar su fruta y profundizar en una personalidad más ligera y refrescante. Según su enólogo Ignacio Recabarren, el objetivo es atrapar la esencia del Carmenère, esa fruta roja y vibrante en estado puro y esencial. Y lo consigue con creces. Con suma elegancia y distinción.

Montes Outer Limits Old Roots Cinsault 2014

No es fácil tomar la decisión de jugar fuera de los límites. De abandonar esa zona de confort que ha cimentado el prestigio de Montes. Tampoco es fácil llegar a una zona de rulo como Itata, con siglos de historia, y atreverse a reinterpretar la fruta de sus añosas parras en cabeza. Pero este Cinsault, proveniente de los altos de Guariligüe, regala borbotones de guindas ácidas, frambuesas y flores. Es un vino jugoso y refrescante. Una versión que captura la esencia del Cinsault.

Lapostolle Collection Petit Verdot 2013

La enóloga Andrea León ha refrescado la oferta de la casa francesa con vinos que reflejan pasión y atrevimiento. Desde Elqui hasta Itata, ha salido a buscar uvas que tengan una personalidad distintiva, que vayan más allá de los límites del portafolio, que logren transmitir emociones. En este caso, con una cepa que en raras ocasiones se embotella por sí sola, pero que aquí logra no sólo firmeza, sino mucha vivacidad y elegancia. Es un Petit Verdot como pocos. Que habla con desgarradora franqueza.

Coteaux de Trumao Cruchon Pinot Noir 2013

Los primeros años era como un cuchillo que atravesaba el paladar. Su ligereza y alta acidez eran su sello distintivo. Pero la madurez de sus parras, plantadas en la orilla sur del río Bueno, han permitido que este Pinot Noir de los hermanos Porte eche cuerpo, pero sin perder su acostumbrada electricidad. A diferencia de los representantes costeros, este tinto osornino tiene otra acidez –más málica, menos tartárica-, una rica mineralidad, pero por sobre todo unos huesos cada día más firmes, que logran sostener su fruta roja con asombrosa naturalidad.

Cousiño Macul Antiguas Reservas Cabernet Sauvignon 1981

No se encuentra en el mercado, claro está, pero sí ocupa un lugar de privilegio en una de las bibliotecas más completas de la historia reciente de nuestra vitivinicultura y en especial del Maipo Alto. Este Cabernet Sauvignon, que cuenta con 25 años de guarda, aún se siente frutal y asombrosamente fresco. Es un ejemplo vivo de la cuestionada aptitud para envejecer de los vinos chilenos y el antepasado directo del exuberante ícono Lota, proveniente de esas añosas y sabias parras de Quebrada de Macul.

Laberinto Cenizas de Laberinto Sauvignon Blanc 2011

Este Sauvignon Blanc laberíntico y de altura, proveniente de los rincones menos expuestos del hermoso viñedo de laguna Colbún, impresiona por su elegancia, mineralidad y frescura. A diferencia de los costeros, sus aromas son más sutiles, más delicados, pero su potencia y verticalidad en boca es avasalladora. Es hijo de una de las cosechas más frescas que se recuerden. Y de un lugar que hay que tener muy en cuenta para sopesar el incalculable potencial de la cepa en la precordillera maulina.

Santa Carolina Luis Pereira Cabernet Sauvignon 2012

Este vino nace de un proyecto del equipo de investigación de Santa Carolina que se propuso rescatar los antiguos materiales genéticos del Cabernet Sauvignon chileno, aquellas primeras cepas que desembarcaron en la segunda mitad del siglo XIX, y reactualizar algunos valiosos métodos de producción olvidados por la vitivinicultura moderna. El resultado: un Cabernet fresco y sedoso, marcado por sus acentos florales y de hierbas, y un cuerpo delicado y sinuoso, que conquista al primer sorbo.

Maquis Franco Cabernet Franc 2011

Es una cepa aún poco difundida en Chile, utilizada como un componente de la mezcla bordelesa, pero Maquis se propuso colocarla en un lugar inusual, protagónico, en lo más alto. Proveniente de un viñedo ubicado en el vértice del río Tinguiririca y el estero Chimbarongo, Franco es un vino especiado y fresco, seco y sabroso, que armoniza maravillosamente bien poderío y elegancia.

Aquitania Sol de Sol Sauvignon Blanc 2014

Costó un mundo establecer las plantas. El fuerte viento sur que sopla en Traiguén complicaba las cosas. Pero este despeinado Sauvignon Blanc sureño, que ahora acompaña a Sol de Sol Chardonnay y Pinot Noir, logró imponerse para proyectar un vino que huele a frutos cítricos, hierbas silvestres y lluvias de invierno. Es un vino con mucha estructura, pero con una personalidad fresca, chispeante y profunda.

Aresti Family Collection Cabernet Sauvignon 2001

No suele relanzarse un vino, pero cuando el equipo enológico descubrió estas 300 cajas que había reservado Vicente Aresti, el fundador de la viña curicana, no pudo aguantar la tentación. Este Cabernet Sauvignon impresiona por la juventud y profundidad de su color, por sus notas de frutos negros, flores y toques gourmand, por su gran estatura y alegre personalidad. Los años le hicieron bien. Y Aresti hizo más que bien en compartir nuevamente esta cosecha. Enhorabuena. En su mejor momento.

Bodegas RE Renoir Nature

Hoy vivimos una fiesta de las burbujas y nadie quiere quedar afuera. Irrumpe un contingente de espumantes elaborados bajo el método tradicional, pero son pocos los que tiene la capacidad para competir con los Champagne, Cava y espumantes del Nuevo Mundo con armas propias y diferenciadoras. Este Renoir no es un plagio. Es un cuadro original, colmado de frutos rojos y notas tostadas, pero con una boca inquietantemente seca, que perdura más allá de la categoría.

Caliterra Dstnto 2014

No es fácil para una bodega reencontrarse consigo misma. Después del fallido joint venture entre Errázuriz y Mondavi, Caliterra pareció haber quedado un poco a la deriva, sufriendo el síndrome del hijo de padres divorciados. Pero con un acucioso trabajo en el viñedo, y sin querer doblarle la mano al cálido terruño colchagüino, su equipo enológico ha sabido refrescar su portafolio con propuestas atractivas y honestas. En este caso, con un chascón y ligero ensamblaje de Malbec, Carignan, Petit Verdot y Carmenère.

Carmen 4 Lustros Carmenère 2012

Precisamente cuando se cumplen dos décadas del redescubrimiento del Carmenère en Chile, en aquel ya mítico cuartel de Alto Jahuel, Viña Carmen decide homenajear esta cepa con un vino de aniversario, maduro, voluptuoso, pero con la acidez justa para enaltecer un gran canastillo de fruta roja y especias dulces. Un Carmenère de una cosecha cálida. De libro. Para celebrar en grande.

Casa Silva Lago Ranco Sauvignon Blanc 2013

Es uno de los viñedos más hermosos y australes del mundo. Estas parras de Sauvignon Blanc, que caen mansamente sobre la orilla del lago Ranco, sorprendió a todos con un perfil aromático muy distintivo. “Huele a bosque nativo”, decían algunos. Un año después de su lanzamiento, ese ímpetu, esa juventud, esa ansiedad, se transformó en elegancia y profundidad de sabores. En un Sauvignon Blanc que nos transporta con sus aromas a la llamada Patagonia chilena. Un vino que invita viajar con los sentidos.

El Viejo Almacén de Sauzal Huaso de Sauzal País 2013

Acorralada, menospreciada, dejada a su suerte, para llenar garrafas y vender volumen, hoy la País recobra su orgullo gracias a productores como Renán Cancino. Oriundo de Sauzal, un pintoresco pueblo ubicado en el epicentro del secano maulino, el viticultor trabaja estas uvas fundacionales, a la antigua, a pura zaranda, sin más armas que la tradición y una vinificación limpia, sin los vicios del pasado, demostrando, sin equívocos, que esta cepa puede regalar vinos frutosos y vibrantes.

Errázuriz The Red Blend 2012

Hipnotizados por las llamadas cepas nobles, presos de nuestros locos afanes, no fuimos capaces de ver antes. De intuir el tremendo potencial de las cepas mediterráneas en nuestros terruños. Pero algunos productores ya comienzan a pagar la deuda ¡y con creces! Desde Aconcagua, nos llega esta mezcla de Grenache, Mourvèdre, Syrah y Carignan. Un vino frutal, voluptuoso, pero lleno de capas y matices. Frutos rojos a raudales y flores silvestres, abrazados por una exquisita y chispeante acidez.

Estampa Del Viento Sauvignon Blanc 2014

Visitamos el campo cuando no habían parras, cuando sólo era un proyecto, un sueño de granito y viento, pero hoy este Sauvignon Blanc de Paredones ya es toda una realidad. Un vino que estira los límites del valle colchagüino. Con una nariz herbal, colmada de frutos cítricos y ciertos tonos tropicales, y una boca firme y sabrosa, demuestra el potencial de una costa subexplotada, pero que poco a poco comienza a mostrar sus mejores frutos.

Valdivieso Single Vineyard Pinot Noir 2012

No aparece a la cabeza de los grandes puntajes nacionales, pero me conquistó desde su primera cosecha. Proveniente del lado más fresco de Cauquenes, es un vino que obsequia mucha fruta roja, como frutillas y frambuesas, pero con una estructura firme y sedosa que nos habla de una gran versatilidad gastronómica. Es un Pinot Noir de origen humilde, pero con una personalidad como pocos. Plantado en el secano interior, lejos de las olas y la farándula, puede y se codea con los grandes.

Garage Wine Co. Lot 37 Cabernet Sauvignon 2011

No sabemos a ciencia cierta qué significa Lot 37, pero sí que proviene de las terrazas más altas de Pirque. Es un vino que no pretende competir con los grandes íconos de Maipo Alto y de ahí su gran valor intrínseco. Fresco, sabroso y profundamente equilibrado. Es un Cabernet Sauvignon distinto, que se deja tomar con tranquilidad y alegría, sin grandes ceremonias, haciéndonos disfrutar hasta la última gota.

García y Schwaderer Marina Barrel Fermented Sauvignon Blanc 2014

Representa la nueva generación de Sauvignon Blanc chilenos, más ambiciosos, más atrevidos y completos. Ya no basta con impresionar en nariz, sino que ofrecer un vino estructurado, firme y sabroso. Este Sauvignon Blanc casablanquino transmite notas de lima y maracuyá, coquetea con la madurez, pero también tiene su lado herbal y una acidez que levanta sus múltiples capas gustativas. Es un vino de mantel largo.

House Casa del Vino Malmau Malbec 2013

Un huevo de cemento y toda la libertad del mundo. House Casa del Vino, este innovador proyecto del Grupo Belén, ya nos ha regalado vinos tremendamente interesantes y que sin duda chasconean y refrescan su portafolio. En este caso, un vino elaborado por Matías Michelini, el enólogo argentino de su filial mendocina Zorzal. Un Malbec de Pencahue, maduro y jugoso, que se aleja de sus pares de las alturas mendocinas, para entregar un vino de una carácter voluptuoso, tan campechano como único.

Leyda Lot 4 Sauvignon Blanc 2014

Este vino representa la consolidación del romance de Leyda con el Sauvignon Blanc. Un amor a primera vista. Una relación profunda que ha parido algunos de los mejores representantes chilenos de la cepa. En este caso, un vino que huele a viento y sal, perfumado con notas herbales, cítricas y especias dulces. Un Sauvignon Blanc de manual. Poderoso y delicado a la vez. Estilizado y profundo.

Los Vascos Grand Reserve Carmenère 2012

Los franceses no querían nada con el Carmenère. Por algo no volvieron a plantar la cepa en Burdeos después del desastre de la filoxera. Es demasiado caprichosa, mañosa, si se quiere, pero tan encantadora que terminó doblándoles la mano. Este primer Carmenère de la filial chilena de Barons de Rothschild (Lafite) no pudo ser más auspicioso. Es un vino locuaz, voluptuoso y aterciopelado, que regala frutos rojos a raudales, salpimentados con una precisión poética.

Miguel Torres Cordillera Sauvignon Blanc 2014

Miguel Torres hace rato que tomó la decisión de salir a buscar nuevos terruños. Y con muchísimo éxito. Su remozada línea Cordillera exuda carácter y consistencia. Y este Sauvignon Blanc, proveniente de la franja más costera del Elqui, representa en gloria y majestad estos nuevos aires. Es un vino con una gran expresión frutal, muy bien complementada con notas de ají verde y hierbas aromáticas. Un vino que agrega valor y emoción al tradicional portafolio de la viña.

MontGras Antu Limited Syrah 2012

No era una viña que se caracterizaba por asumir grandes riesgos, privilegiando en su portafolio la consistencia de sus Cabernet Sauvignon, Carmenère y Sauvignon Blanc. Pero los nuevos tiempos terminaron por refrescar la estrategia y Antu se convirtió en una línea más chascona, osada y experimental. Proveniente de sus campos en San Antonio, este Syrah es una sinfonía de frutos negros, especias dulces, tonos herbales.

Mirador del Valle Moscatel de Alejandría 2013

Es un vino que nace en el Itata Profundo, en la cima de cerro Verde, el sector más alto del valle, ubicado a casi 600 metros de altura, en plena cordillera de la Costa. Allí se desparraman estas antiguas cabezas de Moscatel de Alejandría, que la señorita Lucía Torres vinifica en su pequeña bodega de adobe. Un vino floral y sabroso, seco y valioso, que refleja todo el cariño y la sabiduría de la agricultura familiar campesina.

Odjfell Orzada Tres Esquinas Collection Mouvedre 2013

Fue una de las primeras bodegas en invertir en el secano maulino. En incorporar el el Carignan en sus líneas superiores. En profundizar en una viticultura biodinámica que resalta el potencial de sus campos. Este Mourvèdre de Tres Esquinas es parte de una nueva colección, de una decisión de ir siempre por más, de volver sobre los pasos para proyectar un vino sabroso, floral y con una tremenda personalidad.

Clos de Fous Dulcinea Chardonnay 2013

Clos de Fous no se detiene. Explora nuevos valles y cepas, muchas veces anteponiendo la enología a los números. Una locura, ¿verdad? Quizás de ahí provenga su nombre. Pero esa misma naturalidad, esa misma pasión, ese mismo respeto por el vino, han convertido el proyecto en una fiesta para los sentidos. Así lo demuestra Dulcinea, un vino de una profunda personalidad y fineza. Un Chardonnay libresco. De alabanzas y ensoñaciones.